Participación pública

De acuerdo con algunos teóricos de la democracia, uno de los conceptos más difíciles de definir es el de “participación pública” o “participación ciudadana”. Se trata de un concepto elusivo debido a su carácter contextual, sin embargo, más allá de los diversos contextos y, refiriéndonos sólo a contextos democráticos, podríamos decir que la participación pública o ciudadana es “la intervención de la sociedad civil en la esfera de lo público” tal y como lo define Nuria Cunill.

Sin embargo, esa definición genérica puede prestarse a confusión, por lo que es importante decir en qué se distingue la participación pública de otro tipo de participaciones. A diferencia de la 1) participación social, que se da  a través de organizaciones sociales que dialogan con otras organizaciones, la participación pública o ciudadana tiene como principal componente a los ciudadanos que intentan tener contacto directo con el Estado en materia de toma de decisiones, pero, a diferencia de la 2) participación política, no tratan de hacerlo a través de los mecanismos de mediación política que son propios del Estado, tales como partidos políticos, parlamento, etc. Por otro lado, a diferencia de la 2) participación comunitaria, que suele identificarse con la beneficencia o el asistencialismo, la participación pública o ciudadana intenta el logro de metas conjuntas entre los ciudadanos y el Estado. Así, podríamos decir que la participación ciudadana es el acto de tomar parte o de intervenir en los asuntos de interés público que de suyo le pertenecen o le atañen, pero siempre desde su carácter de ciudadano. A diferencia de todas las anteriores, la participación ciudadana tiene una visión más amplia de la acción política que no se reduce a los mecanismos institucionales y concibe el espacio público como un espacio ciudadano principalmente.

Algunos de los autores que han teorizado sobre las relaciones entre democracia y participación pública o ciudadana son Jurgen Habermas, quien hace de ella uno de los pilares de la democracia deliberativa y Peter Sloterdijk quien en recientes fechas ha propuesto un modelo de participación ciudadana basado en la participación voluntaria y que vaya más allá de los mecanismos de coercitivos que el estado instrumenta para obligarnos a llevar a cabo ciertas acciones de interés público tales como pagar impuestos.

Es recomendable consultar el video “Democracia y espacio público” que desarrolla algunos de los contenidos expuestos anteriormente, pero que añade una serie de imágenes que ilustran las ideas arriba expuestas. Si están interesados en explorar las posibilidades que ofrece el arte como actividad que promueve la participación pública, les recomiendo revisar los foros “Sobre los “agenciamientos” o ¿Cómo reapropiarse de la ciudad?” y “Sobre el poder del juego: más allá del juego del poder.” de la plataforma de Ética.

Enlaces de interés:

https://youtu.be/6K4vWZagfBE

Román Suárez (@romansuarez)

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