En el segundo canto de la Ilíada aparece la figura de Tersites, un guerrero del ejército griego que de pronto se anima a participar de la asamblea y le hace ver a Agamenón que es su ambición personal, y no el beneficio de todos, lo que los ha llevado a una guerra interminable, así se puede leer en el texto de Homero: “Los otros se sentaron entonces, y tomaron las sillas, y solo, pronto de lengua, aún parloteaba Tersites, quien sabía en su mente muchas y desordenadas palabras para altercar a los reyes temerariamente y no en orden, pero con cuanto le parecía que a los argivos la risa les causaba, y vino a Ilión como el hombre más feo; pues era zambo y cojo de un pie, y los dos hombros le eran contraídos sobre el pecho, gibosos, y encima era de puntiaguda cabeza, y le crecía rara lana. Y era el más odioso a Aquileo, en especial, y a Odiseo, pues a ambos zahería; allí a Agamenón divino, de nuevo gritando agudo, decía oprobios, y allí contra él los aqueos terriblemente se irritaban y se indignaban en su alma… Lo que pasó después fue que al pobre Tersites lo hicieron callar por la fuerza. Odiseo (el guapo, el fuerte, el astuto y de palabra encantadora) le dio una tremenda paliza por no saber cuál era su lugar entre aquellos guerreros. Para los griegos el porte y la imagen de un héroe era muy importante porque daba valor agregado a un discurso. (El propio Aristóteles llegó a decir que para ser feliz, un hombre NO debía ser muy feo ni muy pobre) ¿Creen que algo hemos heredado de esta actitud? ¿Damos valor o credibilidad a un discurso en función de quién lo enuncia? ¿Considerarían que un discurso es más persuasivo si lo escuchan en voz de Barack Obama o Pepe Mújica que si lo dice Vladimir Putin o Donald Trump? ¿Alguna vez han sido el Tersites de alguien o han tenido la actitud de Odiseo? ¿Los feos debemos callar?