¡No seas tonto! en el

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Aprendizaje A5. Clarificar el sentido de lo que se emite en un argumento.

 

¡No seas
tonto!

Víctor
Florencio Ramirez Hernández

 

Se encerró en el baño. Temblaba de coraje. Gruesas lágrimas escurrían por sus mejillas. Se limpió la nariz con el dorso de la mano. «¿Por qué otra vez?, ¿por qué tengo que sentirme así? ¿Por qué este coraje? ¡Tengo tristeza! ¡Lo odio! ¡Quiero desaparecerlo! No, ya no sé ni lo que siento. Si no fuera por él, yo sería feliz. Cada vez que habla me enoja. Me trata como si yo fuera sirvienta. Parece que estoy mal en todo. Y él, ¡él siempre perfecto!».

Lanzó un puñetazo al aire. Se imaginó golpeándolo. «Pero si le pego, mi mamá se enojaría conmigo y luego se pondría triste. Y él, él de seguro ya no le dará dinero para que yo gaste en la escuela. Lo odio. ¡Cómo quisiera que no estuviera con nosotros!». Volvió a limpiarse la nariz.

Decidió serenarse. Debía ir a la escuela. Cerró los ojos. Respiró profundo para dejar de toser. Empezó a tranquilizarse. Escuchó voces afuera. «De seguro discuten por mí. Ojalá mi mamá lo corra. No quiero que viva con nosotros… Pero si se va, ¿qué haremos?, ¿seremos pobres?, ¿tendré que trabajar?». De nuevo empezaba a alterarse.

Tocaron a la puerta. Era su mamá, le dijo que saliera. Él se levantó del suelo. Limpió de nuevo su nariz. Abrió y se encontró con la mirada de su madre. Esperaba regaños. Ella solo dijo con voz suave:

—Anda, Ramiro, se te hace tarde.

Cuando el aire de la calle tocó su rostro, sintió liberarse. Camino a la escuela encontró a Malinali. Le gustaba charlar con ella. Eso le había servido a veces para aclarar sus pensamientos o, al menos, para desahogarse. Así que le narró qué había sucedido minutos antes.

—Me estuvo diciendo que hiciera lo que me toca. Y no solo eso: me lo dijo a gritos.

¡Eso me enoja mucho!

Su amiga, con el afán de ayudar, no se limitó a escucharlo sino que le preguntó:

—¿Y ya has hablado con él?

—¡Sí!, se lo he dicho de varias maneras, pero el viejo no entiende… dice que no me grita, que solo me ha hablado fuerte.

Y tu mamá, ¿qué dice?

—¡Obvio! Según ella, él no me grita.

Lo que dijo Malinali a continuación sorprendió a Ramiro:

—A ver, la verdad, Ramiro, ¿te grita o no?

—Mmm… Me habla fuerte.

—Eso no responde mi pregunta: ¿te grita sí o no?

—No… bueno, no, no me grita. ¡Pero me habla fuerte! ¡Y nada más porque se le antoja me habla fuerte!

—¿Así nada más? ¿Nada más porque sí?

—Mmm… —Ramiro dudó ante el cuestionamiento. Luego respondió—. Bueno, me habla fuerte cuando no he lavado mis trastes y…

—¿Y…?

—Y cuando no he tendido bien mi cama.

—¡Ah, ya! ¿Te habla fuerte cuando no has hecho las dos cosas…? —Malinali hizo un alto para pensar lo que iba a decir—. A ver. Si te falta hacer una cosa o la otra, te habla fuerte. ¿Cierto? Pero si lavas bien tus trastes y tiendes bien tu cama, es decir, si cumples con las dos tareas, no te habla fuerte. ¿Cierto?

Ramiro asintió con la cabeza en las dos ocasiones.

—¿Ya ves? ¡Date cuenta de lo que dices! No es cierto que te habla fuerte sin tener razones. Lo hace porque no has hecho lo que te toca o porque no lo has hecho bien.

—¡No pareces mi amiga! Le das la razón en todo.

Sin hacer caso de su comentario, ella continuó:

—Tienes que pensarlo, Ramiro. ¿Podrán tener los dos la razón? ¿Que él te hable fuerte y que tú te enojes? Creo que uno de los dos, pero solo uno, está en lo correcto. O tú tienes razón en enojarte o la tiene él para hablarte fuerte. No puede ser que los dos tengan razón.

—Sí, ya sé, el viejo tiene la razón y yo no. Pero me molesta que siempre me esté repitiendo las cosas.

—¿Será que eso también debas tomarlo con calma? Porque es raro: si has hecho bien lo que te toca, ¿de todos modos te lo repite?

Bueno, no; me lo repite cuando no lo he hecho. ¡Pero quiere que yo sea perfecto! Quiere que haga todo lo que me dice: lava tus trastes y tiende tu cama y arregla tu cuarto y limpia tus zapatos y,… Quiere que lo haga a la primera que me lo dice. ¡Y me habla fuerte!

—Ramiro, ¿no te parece que confundes las cosas y solamente buscas excusas?

—Es que no me gusta que me trate como si fuera mi papá. ¡Quiere que yo sea perfecto!

—¡Das vueltas sobre lo mismo! ¿Es necesario que alguien quiera que hagas las cosas bien, para que sea como tu papá? Muchos profesores así lo quieren y no son nuestro papá. O te lo digo más claro: así lo quieren pero no son nuestro papá —dijo Malinali enfatizando el «pero», y continuó—. Yo misma que soy tu amiga quiero que pienses bien pero no soy tu papá. ¡Ah! y algo que tú no sabes porque no has tenido que trabajar: hay patrones que no te pagan o te descuentan si no haces las cosas bien, ellos quieren que hagas bien las cosas, ¡y para nada son tu papá!

—Pero mi papá no me dice que haga las cosas a la perfección.

—¿Te has imaginado cómo sería vivir con tu papá todos los días? ¿Crees que no te exigiría? ¿Crees que no te diría que hicieras las cosas bien? —Malinali no obtuvo respuesta. Tras unos segundos de que Ramiro permaneciera en silencio, agregó:

—Además, ¿a quién le ayuda que hagas las cosas bien: a ti o a él?

—Pues al viejo. Porque a él se le antoja que yo las haga bien.

—¿¡No te digo!? ¡No te hagas el tonto! Te ayuda a ti. Si como dices él todo lo hace bien, entonces no le hace falta lo que tú hagas. Pero si tú aprendes a hacer bien las cosas, te vuelves independiente. Te haces independiente y autosuficiente. Y, además, ya no tienen que estar diciéndote que hagas bien las cosas. ¡Ay!, Ramiro, creo que te la pasas buscando excusas para no quererlo.

—¡Ni loco! ¿¡Cómo voy a quererlo si no es mi papá!? Él es, es, es… —no supo qué decir.

—Es el novio de tu mamá.

—¡No es su novio!

—¿No es su novio? ¿Entonces qué es? A ver, ¿por qué dices que no son novios?

Él y mi mamá no son novios porque los novios tienen que ser jóvenes. Si él y ella ya no son jóvenes, no pueden ser novios. Los novios son jóvenes pero ellos ya están viejos. Y más él. Se ven ridículos. Más cuando le dice «nena». Mi mamá ya es una señora.

—Entonces… si no son novios, ¿qué son? —Malinali esperó respuesta; al no haberla, lo cuestionó de nuevo—¿Son pareja?

La pregunta sobresaltó a Ramiro. Se le quedó mirando a Malinali. Luego bajó la cabeza y dijo con pesar:

—Bueno, sí: él es la pareja de mi mamá.

—Ya sé. Eso es lo que no aceptas: que sea pareja de tu mamá.

—Pues sí, por eso lo odio. Yo quisiera que mi papá no se hubiera ido.

Malinali se le quedó mirando y guardó silencio. Después, suavizó la voz para decirle que esas eran dos cosas diferentes, que si sus papás decidieron separarse, aunque le doliera, era una decisión que ellos habían tomado. Al ver sus ojos enrojecidos dijo en voz más baja aun:

—Y basta que sea una decisión de ellos, o de tu mamá al menos, para que debas respetarla. Tiempo después ella decidió querer a otro hombre. Tienes que aceptarlo.

—Sí, ya lo sé, pero me da coraje que él viva con nosotros —respondió Ramiro, con cierta resignación. Luego agregó con molestia—. Néstor es un viejo superior, perfecto. El otro día me dijo que no podemos ser amigos. ¡Ni que yo quisiera ser su amigo! ¡Ni loco que estuviera!

—¿Por qué te lo dijo?

—Dijo quién sabe cuántas cosas. Que es la pareja de mi mamá, que aún soy menor de edad y tiene cierta responsabilidad, que no sé qué más… Entonces me dijo: «Si fuera tu padre, no podría ser tu amigo; aunque si soy la pareja de tu mamá, tampoco podemos ser amigos». Y en eso tiene razón: soy su enemigo.

—¡Qué trágico te pones! Además, pensándolo bien, ¡él tiene razón! Es suficiente que tenga autoridad sobre ti para que no le cuentes todo lo que haces. Pero si no tuviera autoridad sobre ti, entonces podrían ser como tú y yo, que somos amigos. Los amigos se tratan como iguales y ninguno tiene autoridad sobre el otro, ¿o sí?

—Pues no. Tú no me mandas. Y si me mandaras, no te obedecería. Aunque ahorita me ha parecido que sí tienes autoridad.

¿Sabes, Ramiro? Debes aclararte las cosas. Ellos dos son pareja. Tú eres hijo de tu mamá, mas no eres la pareja de tu mamá. Él es pareja de tu mamá, pero no es tu papá. Él paga la renta y la comida, ¿no? Y el que paga manda. Grábatelo, Ramiro. En la vida hay condiciones. Si no eres autosuficiente y dependes de alguien, esa persona tiene autoridad sobre ti. Y si no quieres que te repitan las cosas… fácil: hazlas bien y a la primera. Y ni siquiera te esperes a eso: si ya conoces tu obligación, adelántate a hacerla. Y, por favor, date cuenta de lo que dices, ¡no seas tonto!

 

Guía para facilitar el diálogo y la reflexión a
partir del texto ¡No seas tonto!

 

Cuando pretendemos participar bien en una argumentación, debemos analizar lo que se dice para asegurarnos que el otro lo entienda. Una forma de analizar argumentos es evaluar la información que damos o recibimos. Para ello es necesario identificar cómo se presenta lo que se dice.

 

Generalmente argumentamos empleando el lenguaje de todos los días, es decir, el lenguaje que utiliza la mayoría de la gente. A este lenguaje le llamamos «natural». Pero ocurre que el lenguaje natural suele resultar muy complejo, de manera que necesitamos asegurarnos de entender qué es lo que estamos diciendo, cómo se entiende y de qué maneras se puede interpretar.

 

En el caso de Ramiro, además de estar en una ofuscación por sus emociones, o no logra identificar claramente lo que afirma o lo dice de modo que resulta equívoca la información que contienen sus argumentos. ¿Cómo se puede identificar esta información?

 

Los argumentos están formados por premisas y conclusión. Las premisas y la conclusión son enunciados. De modo que los argumentos son un conjunto estructurado de enunciados. Estos enunciados pueden ser simples (en los que se afirma una sola cosa) o compuestos (en los que se niega algo o se afirman dos o más cosas).

 

Los enunciados compuestos están formados por enunciados simples y conectivas lógicas. Las conectivas lógicas, como su nombre lo indica, sirven para conectar enunciados simples (o compuestos), es decir, permiten construir enunciados compuestos. Además, sirven para descomponer los enunciados compuestos en sus enunciados simples.

 

Las conectivas lógicas que se abordan en este material sirven para identificar la estructura básica de los enunciados que se emplean en el lenguaje natural que son: negación, conjunción, disyunción o condicional.

 

Además del reconocimiento de la estructura básica de los enunciados mediante la identificación de las conectivas, otra acción que ayuda a entender lo que se dice es formalizarlos. Esta acción no es automática, pues en muchos casos requiere de un ejercicio de entendimiento e interpretación de lo que se está diciendo. De esta manera, identificar la estructura de un enunciado y formalizarlo ayudan en el proceso de presentar y entender argumentos.

 

 

Plan de discusión. Juntar enunciados y dar alternativas.

 

  1. ¿Qué tienen en común y en qué son diferentes los siguientes enunciados?

Le he dicho al viejo que no me hable fuerte, pero él no entiende. 

Malinali estudia el bachillerato, también Ramiro.

O Néstor te grita o te habla fuerte.

Tendiste tu cama o lavaste tus trastes.

Lavé mis trastes y tendí mi cama.

Una de dos: o no tendiste tu cama o no lavaste tus trastes.

Tanto lavo mis trastes como tiendo mi cama.

  1. Tomando en cuenta sus semejanzas y diferencias, ¿cómo puedes clasificarlos?
  2. En cada caso se trata de enunciados formados por dos oraciones, ¿hay una palabra o expresión que las una? ¿Cuál es?
  3. ¿Se pueden separar las dos afirmaciones sin perder el significado original de cada afirmación?
  4. ¿Se puede invertir el orden de las dos afirmaciones sin perder el significado original del enunciado?
  5. La conjunción une dos oraciones con una «y», una disyunción lo hace con una «o», ¿qué características tiene una conjunción y qué características una disyunción?
  6. ¿Las siguientes oraciones son conjunciones? Néstor y Reyna son novios.

Me levanté y no tendí  la cama.

No tendí la cama y Néstor me regañó.

Me regañó. ¡Y así son las cosas con él!

8.¿Toda oración que lleve «y» es una conjunción?

 

 

 

Plan de discusión 2. Condicional.

 

  1. Néstor le dice a Ramiro que arregle su cama, Ramiro no lo hace. Néstor le repite que lo haga. Cuando vuelve a dar la indicación, Ramiro se molesta. Solo entonces Néstor le habla fuerte. ¿Cuántas acciones se presentan aquí? ¿En cuál de ellas aparece una condición?
  2. Néstor le propone a Ramiro que hagan un trato para que no haya conflictos. ¿Cuál podría ser ese trato?
  3. ¿De qué manera Néstor podría explicar a la mamá de Ramiro en qué circunstancias le habla fuerte al chico?
  4. La señora podría proponerle a Néstor una estrategia para evitar enfrentamientos con Ramiro, ¿cuál podría ser esa estrategia?
  5. Algunas veces, en lugar de gritarle a su mamá y encerrarse en su cuarto o en el baño, Ramiro actúa con tranquilidad. ¿Qué razones podría darle la señora a Ramiro para que reaccionara con calma y no violentamente?
  6. La narración concluye con un enunciado realizativo: «¡No seas tonto!». ¿Qué razones podrían acompañar a esta sugerencia de Malinali?
  7. De lo que has dicho hasta ahora, ¿identificas que hay alguna condición?
  8. ¿Cómo identificas que un enunciado expresa una condición?
  9. ¿Cuándo algo es una condición necesaria? ¿Cuándo algo es una condición suficiente?
  10. ¿Para qué se emplea una condicional?

 

Ejercicio 1. Diferenciar proposiciones atómicas (simples) de moleculares (compuestas).


 

Se ha señalado que los enunciados que constituyen un
argumento son simples o compuestos. Los simples contienen una sola afirmación.
Los complejos son o una negación o enunciados simples vinculados por una o más
conectivas lógicas.

 

Instrucciones.

 

Se ha señalado que los enunciados que constituyen un argumento son simples o compuestos. Los simples contienen una sola afirmación. Los complejos son o una negación o enunciados simples vinculados por una o más conectivas lógicas.

 

Instrucciones.

A) Identificar cuál de los siguientes enunciados es una proposición simple y cuál es una proposición compuesta.

B) En caso de ser proposición compuesta, identificar el o los enunciado(s) simples que la constituyen.

C) En caso de ser proposición compuesta diferente a la negación, identificar las palabras o expresiones que conectan a las proposiciones simples.

 

 

1. Él no me grita.

2. Él me grita.

3. Él no me grita pero me habla fuerte y eso me enoja.

4. Él te grita o no te grita.

5. Si él te habla fuerte, entonces no te grita.

6. Él te habla fuerte.

7. No es cierto que él no te habla fuerte.

8. Él habla.

9. Él habla, sin embargo tú callas.

10. O él te grita o no te grita.

 

 

Negación.

 

Ejercicio 1.
Negar enunciados lógicamente.

 

En las interacciones cotidianas es común que por educación, tacto, miedo u otro factor, no digamos «no» para negar. En lógica, si no se niega explícitamente (o con una frase equivalente), no se está negando. La negación lógica cambia el valor del enunciado original: si la proposición original es verdadera, su negación es falsa, y viceversa.

En la interacción entre Malinali y Ramiro, ella le pide que niegue explícitamente:

—A ver, la verdad, Ramiro, ¿te grita o no?

Ante la pregunta, Ramiro responde algo distinto:

—Mmm… Me habla fuerte.

Entonces Malinali le pide que sea explícito en su negación:

—¿Eso qué es: una afirmación o una negación? Eso no responde: ¿te grita sí o no?

 

 

Instrucción. Proponer tres formas diferentes de negar cada una de las
siguientes proposiciones.

  1. En mi casa hay baño.
  2. Mi papá no vive en casa.
  3. Malinali es mi amiga.
  4. María no estudia en Guanajuato.
  5. Luisa ha visitado a su tía.
  6. Ramiro y Malinali estudian el bachillerato.
  7. Malinali ha trabajado para sostener sus estudios.
  8. Ramiro vive con su mamá y con Néstor.
  9. Malinali le ayuda a Ramiro a aclarar sus ideas.
  10. Ramiro aprecia a Malinali como su amiga.

 

 

 

Ejercicio 2. Diferenciar
entre negaciones lógicas y aparentes negaciones.

 

A continuación hay dos columnas de enunciados. En la primera están los
enunciados originales. En la segunda se presenta una posible negación.
Determinar cuáles opción de la segunda columna es negación de los enunciados
que se presentan en la primera.

 

La negación lógica tiene un valor diferente del valor del
enunciado original: si la proposición original es verdadera, su negación es
falsa, y viceversa.

 

Enunciado
original

Una posible
negación del enunciado original

¿Si el enunciado
original es verdadero, el enunciado de la segunda columna es falso? ¿O si el
enunciado original es falso, el enunciado de la segunda columna es verdadero?

¿El
enunciado de la segunda columna expresa la negación lógica del enunciado de
la primera columna?

Las personas jóvenes
no pueden tener novios.

Las personas jóvenes
pueden tener novios.

 

 

Los jóvenes son
incomprendidos.

No es cierto que los
jóvenes son incomprendidos.

 

 

Los adultos no son
novios.

Los adultos pueden
ser novios.

 

 

Hay casos en que los
adultos son novios.

Hay casos en que los
adultos son pareja.

 

 

Las jovencitas son
más astutas que los muchachos.

Los muchachos no son
tan astutos como las jovencitas.

 

 

Los jóvenes pueden
ser confidentes entre sí.

Si se afirma que los
jóvenes pueden ser confidentes entre sí, se está diciendo una falsedad.

 

 

La autoridad no se
ejerce entre amigos.

La amistad se ejerce
entre personas de la misma autoridad.

 

 

Algunos adultos son
novios.

Algunos adultos no
son novios.

 

 

Ningún adulto mayor
puede ser novio de otro adulto mayor.

Algunos adultos
mayores no pueden ser novio de otro adulto mayor

 

 

Hay adultos que no
se llevan bien con los jóvenes.

Es falso que hay
adultos que se llevan bien con los jóvenes.

 

 

 

 

Conjunción.

 

Ejercicio 1. Identificar
la conjunción al diferenciar los usos de la «y».

 

En el lenguaje natural se emplea la «y» de varias maneras. A
veces corresponde al uso que se le da en lógica, entonces expresa que un enunciado
se junta con otro (se conjuntan). Otras veces la «y» se emplea para expresar
una relación, por ejemplo, «Malinali y Ramiro son amigos». En este caso, aunque
lleva una «y» no se trata de dos afirmaciones «Malinali es amiga» y «Ramiro es
amigo», sino que expresa una relación entre Ramiro y Malinali. Existe un tercer
uso, que sirve para dar continuidad a lo que se está diciendo pero no expresa
ni una conjunción ni una relación. Un ejemplo es cuando alguien dice durante
una conversación «Y como te iba diciendo…». Hay un cuarto uso de la «y», cuando
se refiere a una relación de hechos que se suceden en el tiempo: «Me levanté y me
lavé los dientes y me vestí y desayuné y me lavé los dientes».

 

Instrucciones.

 

A) Señalar en cada caso qué tipo de uso se está haciendo de
la «y»:

 

B) Marcar con una x el recuadro correspondiente al uso de la
«y».

 

Enunciado

Expresa una
conjunción

Expresa una
relación

Expresa una
sucesión temporal

Es un
elemento retórico

1. Me estuvo
diciendo que hiciera lo que me toca. Y no solo eso: me lo dijo a gritos.

 

 

 

 

2. Malinali es mi
amiga y me escucha.

 

 

 

 

3. No me grita.
¡Pero me habla fuerte! ¡Y nada más porque se le ocurre me habla fuerte!

 

 

 

 

4. Me habla fuerte
cuando no he lavado mis trastes y cuando no he tendido bien mi cama.

 

 

 

 

5. El viejo tiene
razón y yo no.

 

 

 

 

6. Pero si tú
aprendes a hacer bien las cosas, te vuelves independiente. Te haces
independiente y autosuficiente. Y, además, ya no tienen que estar diciéndote
que hagas bien las cosas.

 

 

 

 

7. Él y mi mamá no
son novios porque los novios tienen que ser jóvenes.

 

 

 

 

8. Si él y ella ya
no son jóvenes, no pueden ser novios.

 

 

 

 

9. Yo lavo mis
trastes y tiendo mi cama.

 

 

 

 

10. Mis padres se
separaron, mi madre conoció a Néstor y decidieron vivir juntos.

 

 

 

 

 

 

Ejercicio 2.
Identificar maneras en que se puede expresar una conjunción.

 

Considerar el siguiente texto.

 

Si alguien quiere que
hagas las cosas bien, ¿es un papá? Muchos profesores así lo quieren y no son nuestro papá. O te lo digo más claro: así lo quieren pero no son nuestro papá —dijo Malinali enfatizando el «pero», y continuó—. Yo misma que soy tu amiga quiero que pienses bien pero no soy tu papá.

 

Malinali cambia la «y» por un «pero» y enfatiza esta palabra.
Se da cuenta de que la conjunción puede expresarse de diferentes maneras y que algunas son mejores que otras, así que busca la más adecuada o conveniente. Esto es así porque hay varias formas de decir que dos cosas ocurren juntas, que se da tanto una como la otra, y algunas maneras de expresarlo son más adecuadas que otras para lo que se quiere decir.

 

Instrucciones.

A) Además de la forma en que está planteado cada enunciado, proponer tres maneras diferentes de decirlos empleando los conectores siguientes: pero, aunque, sin embargo, además, tanto… como…, también, asimismo<![if !supportFootnotes]>[1]<![endif]>, empero o un equivalente.

 

B) Indicar cuál manera recupera mejor el sentido o la intención de lo que se dice.

 

  1. Quiero expresar que hago las dos cosas sin problema: por las mañanas tiendo mi cama y lavo mis trastes.
  2. Quiero advertir que hallarán algo en mi casa que no está completo: en mi casa hay baño y el baño no tiene puerta.
  3. Quiero mostrar que experimento algo extraño: no lo soporto y vivo con él.
  4. Soy menor de edad y quiero mostrar una situación que podría ser extraña: mi papá todavía vive y no vive conmigo.
  5. Quiero decir que dos situaciones se dan juntas: ella es mi mamá y la quiero mucho.
  6. Quiero expresar algo que no es lo normal: vinimos todos a la fiesta y solo unos pocos se divirtieron.
  7. Quiero expresar que dos situaciones están ocurriendo juntas: estudio el bachillerato y voy en primer semestre.
  8. Quiero expresar algo que no es normal: llevo Lógica y no he aprendido a argumentar bien.
  9. Quiero expresar algo que no es normal: soy mexicano y he ido a la escuela y no sé el Himno Nacional.
  10. Quiero expresar que ocurren dos cosas que podrían ser contrarias: he ahorrado y no tengo dinero.

 

 

 

Conjunciones ocultas.

 

Además de las conjunciones explícitas, hay otras que parecen ser una proposición simple cuando en realidad se trata de una proposición compuesta. Por ejemplo, cuando Ramiro dice:

 

Néstor es un viejo superior.

 

Lo que está diciendo es que A: Néstor es un viejo y que B: Néstor es superior.

 

Pero si se toma la expresión completa:

 

Néstor es un viejo superior, perfecto.

 

Con el enunciado está afirmando tres cosas. A: Néstor es un viejo, B: Néstor es superior, y C: Néstor es perfecto.

 

 

Instrucción.
A partir de la narración, inventar cinco enunciados que parezcan proposiciones simples pero que contengan una (o más) conjunciones.

 Disyunción.

Así como la conjunción junta una proposición con otra, hay una conectiva lógica que separa las proposiciones. A esta conectiva se le llama disyunción porque dis-junta.

 

Hay dos tipos de disyunción. Una disyunción es la que indica que solo una de las dos proposiciones podrá ser verdadera. Por ejemplo: los mamíferos son vertebrados o son invertebrados. A esta disyunción se le llama excluyente.

 

En la narración aparece una disyunción excluyente cuando Malinali dice:

 

Creo que uno de los dos, pero solo uno, está en lo correcto. O tú tienes razón en enojarte o la tiene él para hablarte fuerte. No puede ser que los dos tengan razón.

 

El otro tipo de disyunción usualmente se expresa solo con «o». Su significado corresponde a «y/o» o bien a «y, o,». Dado que separa pero da la opción de incluir, se llama «disyunción incluyente».

 

Hay una disyunción incluyente cuando Malinali dice:

 

¿Ya ves? No es cierto que te habla fuerte sin tener razones. Lo hace porque no has lavado tus trastes o no has tendido tu cama.

 

Instrucción. Identificar a qué tipo de disyunción (incluyente o excluyente) corresponde cada uno de los enunciados siguientes.

.

 

Proposición

¿Es una
proposición incluyente o excluyente?

1.
En este momento vas al norte o vas al sur.

 

2.
él es mi amigo o mi enemigo.

 

3.
Decide: hay arroz o sopa aguada.

 

4.
Es mi mamá o es mi familiar.

 

5.
Malinali estudia en el bachillerato o juega beisbol.

 

6.
Arreglé el refrigerador o la estufa.

 

7.
Mandaron componer el refrigerador o la estufa.

 

8.
En este partido juegas de delantero o de portero.

 

9.
El virus es un ser vivo o no lo es.

 

10.
Las reuniones son en mi casa los lunes o los miércoles.

 

 

 

Ejercicio. Diferenciar disyunción de conjunción.

Instrucción. Responder en qué casos Ramiro está frente a una disyunción y en cuáles frente a una conjunción.

 

Proposición

¿Es una disyunción
o una conjunción?

1. Tu papá no te
dice que hagas bien las cosas a la primera pero él no vive contigo.

 

2. Tu mamá y
Malinali piensan que estás equivocado al decir que Néstor te grita.

 

3. Néstor no es tu
papá aunque sea la pareja de tu mamá.

 

4. Hay agua de
naranja o de horchata.

 

5. Eres hijo de
Néstor o no eres su hijo.

 

6. Me toca lavar mis
trastes además de tender mi cama.

 

7. Dos adultos
mayores no pueden ser novios aunque sí pareja.

 

8. Esta pieza
musical es de uno de los dos: Bach o Beethoven.

 

9. Mi mamá hizo la
merienda: comí pastel o tomé chocolate.

 

10. Así es la vida:
la bebes o la derramas.

 

 

 

Condicional.

 

Ejercicio 1. Identificar y expresar condicionales.

 

Instrucción. Indicar cuáles de los siguientes enunciados expresan una condición.

 

  1. Para ser mi amigo no debes tener autoridad sobre mí.
  2. Tener acceso a la computadora.
  3. Es suficiente que seas mi padre para que no seas mi amigo.
  4. Cuando tratas a alguien como tu igual, puede ser tu amigo.
  5. Siempre quiere que lave mis trastes.
  6. Basta con callar para poder escuchar a los demás.
  7. No es cierto que seas mi padre y no seas mi amigo.
  8. O lavas los trastes o tienes problemas con Néstor.
  9. Con esta harina es suficiente.
  10. Siempre que me habla me mira a los ojos.
  11. Cualquier compañero de mi salón sabe que no me llevo bien con Luisa.
  12. Con asistir a la clase de Lógica sabrás lo que es un condicional.
  13. Si vas a Oaxaca y no comes tlayudas, no conoces Oaxaca.

 

 

Una condición tiene dos partes. En lógica es común expresarla con la fórmula «Si…, entonces…». La primera parte del condicional va entre las palabras «si» y «entonces; la segunda va después del «entonces». A la primera se le llama «antecedente» y a la segunda «consecuente». Cuando se escribe un condicional, es usual que antes de la palabra «entonces» vaya una coma «,».

 

Si antecedente, entonces consecuente.

 

Además de su ubicación en la expresión «si…, entonces…», una forma de identificar al antecedente y al consecuente es por el papel que tienen en la condición. El antecedente corresponde a lo que es suficiente en esa condición y el consecuente a lo que es necesario. De esta manera, un enunciado condicional expresa una proposición en la que hay una condición entre enunciados: es suficiente que una condición se cumpla para que necesariamente se dé la otra.

 

Sea un ejemplo:

 

Si te enamoras, entonces sufres

 

es una proposición que expresa lo siguiente: es suficiente enamorarse para sufrir, no puede ser que te enamores y no sufras, en caso de haberse enamorado es necesario haber sufrido.

 

Instrucciones.

A) Identificar el antecedente y el consecuente en los enunciados subsiguientes.

B) Escribirlos con la expresión «si…, entonces…».

 

Nota: No es necesario que la condicional resultante sea verdadera.

 

  1. Para ser mexicano es suficiente ser tamaulipeco.
  2. Para ser chiapaneco es necesario ser mexicano.
  3. Con que ames sufres.
  4. Es necesario haber sufrido para haber amado.
  5. Es suficiente abrir el libro para leerlo.
  6. Es necesario comprar un boleto para ganar en la rifa.
  7. Basta abrir el libro para leerlo.
  8. Para tener una vida sana se requiere alimentarse bien.
  9. Para subir al cielo se necesita una escalera grande y otra chiquita.
  10. Para votar es necesario tener credencial de elector.

 

 

Ejercicio 3. Diferenciar la relación condicional de la relación causal.

 

Instrucción. Indicar en qué expresiones hay solo una relación condicional y en cuáles hay una relación condicional unida a una relación causal.


Proposición

Expresa
una relación causal

Expresa
una condición

1.
Si me mojo, me enfermo.

 

 

2.
Me mojo si llueve.

 

 

3.
Si voy a la sesiones, pertenezco al club.

 

 

4.
Canto en la presentación si asisto a los ensayos.

 

 

5.
Si no te callas, no escuchas.

 

 

6.
Si la pelota cae, entonces la has soltado.

 

 

7.
Si hay bacterias en el ambiente, entonces nos contagiamos.

 

 

8.
Mueren los organismos si no hay oxígeno.

 

 

9.
Si apruebas Lógica, terminas el bachillerato.

 

 

10.
La semilla germina si se siembra.

 

 

 

 

Ejercicio 4. Expresar un condicional de diferentes maneras.

 

En el lenguaje natural hay varias maneras de expresar una condición, ya sea condición de necesidad, de suficiencia o ambas. Así, para expresar un condicional pueden emplearse diferentes palabras además de la fórmula «si…, entonces…». Como ejemplos están: «Es suficiente… para…», «Es necesario…, para», «Basta… para…», «Cuando…», «Con que…».

 

En el caso del condicional:

Si te enamoras, sufres.

 

Este condicional puede expresarse en el lenguaje natural de varias maneras: Es suficiente que te enamores para que sufras.

Es necesarios que sufras para que te enamores.

Con que te enamores, sufres.

Cuando te enamoras sufres.

Basta enamorarse para sufrir.

Una vez enamorado, sufres.

Quien se enamora sufre.

 

Instrucciones.

A) Proponer tres maneras diferentes de decir las siguientes condicionales.

B) De las distintas maneras de expresarlo, indicar cuál es la que mejor recupera el sentido del enunciado original.

 

  1. Si esta pieza es de oro, no se oxida.
  2. Si Pablo Neruda fue poeta, dominó la versificación.
  3. Si Luis le habla a su padre, entonces lo mira a los ojos.
  4. Si Rulfo escribió El llano en llamas, entonces escribió prosa.
  5. Eres mayor de dieciocho años, si tienes credencial de elector,
  6. Si Cri Cri te gusta, eres niño o tienes alma de niño.
  7. Me escuchas, si eres mi amigo.
  8. Si alguien es adulto mayor, entonces no puede ser novio.
  9. Se besan si son novios

 

 

 

Ejercicio 5. Expresar un condicional de manera elíptica, inversa o directa.


Un condicional puede expresarse de tres maneras diferentes y significar lo mismo.

 

En su forma directa, un condicional se expresa empleando la fórmula: «Si…, entonces…». Un ejemplo es: Si te quiero, entonces te extraño.

 

En su forma elíptica, la condicional se expresa igual que en la forma directa pero se suprime la palabra «entonces». En el ejemplo anterior sería así: Si te quiero, te extraño.

 

Y hay una tercera forma de expresión, la inversa. Esta es así: Te extraño si te quiero.

 

Es importante considerar que en los tres casos (directa, elíptica o inversa) se dice una y la misma cosa.

 

Instrucción. Ocupar las tres formas de expresión (directa, elíptica e inversa) para enunciar los siguientes condicionales:

 

  1. Para ser mi amigo no debes tener autoridad sobre mí.
  2. Para que seamos amigos debemos ser iguales.
  3. Es suficiente que seas mi padre para que no seas mi amigo.
  4. Cuando alguien es tu amigo, es igual a ti.
  5. Basta con callar para poder escuchar a los demás.
  6. Siempre que me hablas me miras a los ojos.
  7. Cualquier compañero de mi salón sabe que no me llevo bien con Luisa.

 

 

 

Ejercicio 6. Identificar cuándo se trata de un condicional.

 

De igual manera que ocurre con la palabra «y» y la conjunción, no siempre que se usan las palabras «si» o «entonces» se trata de una condicional.

 

Instrucción. Identificar en qué enunciados aparecen las palabras «si» o la palabra «entonces», pero no son condicionales.

 

  1. Él me trata como si fuera mi papá.
  2. Si fuera mi papá, sería distinto con él.
  3. Mi mamá me llamó, entonces abrí la puerta.
  4. Si fueras mi amiga, me darías la razón.
  5. Cuando alguien es tu amigo, entonces te da la razón.
  6. Hablar con él es como si le hablaras a la pared.
  7. Si en tu camino solo existe la tristeza.
  8. Llegado el momento de despedirnos, entonces y no en otro momento, nos diremos «adiós».
  9. Pórtate igual que si estuviera yo.
  10. Entonces será como si nos hubiéramos conocido toda la vida.
  11. Dime si vas a ir.

 

 

Sugerencias de lectura
para el profesor.

 

—Deaño, Alfredo.
(1990). Introducción a la lógica formal.
Madrid: Alianza Universidad Textos.

 

Aunque difícil de encontrar, se trata de un texto muy ameno
y sencillo. Para el aprendizaje 5, el capítulo II resulta adecuado.

 

—Pazos, María Luisa y
Ramírez Sánchez, Sandra Lucía (2003). Conectivas
y usos del lenguaje: hacia un discurso argumentativo
. México: UCM.

 

Es un texto breve y claro, que ayuda
tanto en el Aprendizaje 5 como en el 7.

 

 

Sugerencias de lectura
para el estudiante.

 

—Reyes,
Alfonso. (2014) “El hombrecito del plato” en Cuentos. México: Océano Exprés.

 

El cuento, escrito en 1954 por uno de
los mejores autores mexicanos, presenta una combinación de humor, lógica así
como una parte dedicada a la negación.

 

—Villoro,
Juan. (2011) El libro salvaje.
México: SEP-FCE.

 

Aunque la novela no contiene explícitamente cuestiones de
lógica, la forma en que está escrita puede representar una aventura interesante
al buscar en qué partes los personajes emplean negaciones, conjunciones,
disyunciones y condicionales.

 

 

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