En clase de amor

Sala de maestros’s Docs En clase de amor

Área de interés 3. Naturaleza humana, amor y emociones.

Versión 150116

En clase de amor

Víctor Florencio Ramírez Hernández

Matías no asistió a clase. Su profesora preguntó por él. Cuando salieron a receso, Carmen lo buscó en la cafetería. «Debe estar jugando Uno». Pero no estaba ahí. Cruzaba el patio cuando lo halló. Él había entrado al grupo de Melisa, de segundo semestre. «La clase se puso buena», comentó. Carmen le dijo en tono reprobatorio:

—Pues en Biología Contemporánea van a bajarte puntos… ¡Ay, Matías! ¿¡Quién te entiende!? Ya que vas en sexto andas metiéndote en clases de segundo. ¡Ah!, pero ibas en segundo y no entrabas… ¡Haces las cosas al revés!

—¡Aguanta! Revisaron sus ensayos sobre el amor. ¿Recuerdas? Como hicimos en segundo, en Lectura. Pero estos pasaban a leer, y luego hacían comentarios. ¡Estuvo espeso!

—De seguro puro copia y pega, como hicieron los gandayas de nuestro grupo.

—¡Nel, Carmen! ¡Estos dieron sus propias ideas! ¡Y dijeron la neta! Primero pasó Erika. Dijo que el amor no es algo que llegue por flechas de Cupido, sino que cada quien decide si ama o no. O sea, que amar es una decisión.

—¿Cómo va a ser eso? Te enamoras y te pierdes; nada que puedas decidir…

—Pues varios dijeron como tú: que no. Una chava dijo que por eso hay una media naranja. No es que decidas amar a una persona; es porque te toca amar a esa persona, que es tu destino. Pero luego, Estefanía, la güerita chaparrita, dijo que si eso era cierto, el problema es cómo saber quién es tu media naranja. Y ya te imaginarás; que empieza el debate.

—¿Y qué debatieron?

—Rubén salió luego luego con sus ondas: que si te gusta la persona, es señal de que es tu media naranja; que si tú le gustas, otra señal; que si te sientes bien con esa persona, que si se siente bien contigo… Varios estaban de acuerdo, pero Melisa dijo que eso es atracción, que no es amor. Y…

—¿Y…?, ¿estuvieron de acuerdo con eso? —interrumpió Carmen.

—¡Aguanta! Pues un cuate que no conozco dijo que eso no es suficiente para saber si alguien es tu media naranja. Y entonces habló de sus bisabuelos. Los rucos acaban de cumplir sesenta años de casados, y pues ya no están para andarse mirando a los ojos. ¿Cómo se van a gustar si se han visto durante tanto tiempo? ¿Y ahora qué se ven…? ¡Puras arrugas! ¿A poco basta encontrarse y gustarse al principio para seguirse amando toda la vida? Además, dijo que sus bisabuelos se soportan o ya se acostumbraron a estar juntos, porque se la pasan peleando.

—Yo tengo unos vecinos que llevan más o menos ese tiempo y para nada que se pelean. Luego andan en la calle, tomados de la mano. Como que se ve raro porque ya están bien abuelitos…

—¿A poco piensas que hay edad para amar y con credencial de INAPAM ya no?  

—No, tal vez no haya edad. Hasta los niños del kínder andan diciendo que ya tienen novia. Y como dicen: «El cuero es lo que se arruga, el corazón no envejece».

—Una chava habló de sus papás. Dijo que vivieron mucho tiempo juntos, que parecían hechos el uno para el otro, pero de pronto, ¡zas!; ¡que deciden separarse! Y otra vez el debate: que no se puede dejar de amar; que entonces no era amor verdadero; que aunque se dejaran, si se amaban, no podían ya no amarse… Hasta que el Teco empezó a cantar esa rola ochentera, la de José José: «el amor acaba». Entonces el profe detuvo la discusión.

—¿Y se acabó la clase?

—¡No, Carmen!, agarraron la onda y se calmaron. Entonces Fernanda, la reina estudiantil, pasó a leer su ensayo. Estaba bien lo que decía; ya sabes cómo es buena para hablar… Todos callados… Lo que más caló fue una pregunta picuda: «si amas a una persona y cambiara de sexo, ¿la dejarías de amar?».

—¡Sopas, perico! ¡Buena pregunta! ¿Y qué contestaron?

—No, pues solo dijeron que si amas a una persona, la amas por lo que es, aunque cambie… Pero Fernanda reclamó que esa no era una respuesta. Volteó a ver a todos y preguntó que por qué amamos a una persona. Y dio ejemplos: que si la amas porque es bonita, porque es buena contigo… entonces, si tiene un accidente y deja de ser bonita, ¿dejas de amarla? Y si le da Alzheimer y ya no se acuerda ni de quién es, ¿dejas de amarla?

—¡Está cañón! ¿Le respondieron?

—¡Nel! Alguien preguntó que si una persona no hiciera algo, si fuera como un bulto, si no pudieras decir algo de ella o de lo que hace, ¿podrías amarla?

—¡Dijo la neta, Matías! ¿Qué es lo que amas: a la persona o a sus características?, ¿a la persona o lo que hace? ¡Está cañón! Imagínate que te digan: «amo lo que haces pero no a ti».

—¡Neta! Es como si te dijeran que te aman por tu cuerpo. Sin ese cuerpo, ¡nanai! Bueno, pero entonces regresaron a lo de los abuelos o de los bisabuelos, ya ni sé… Creo que fue David, el grandote que luego anda jugando luchitas. ¡Es cerebrito! Dijo que si amas a alguien por lo que has compartido con él, ¿qué amas…? ¿amas lo que fue o lo que es?

—O lo amas por su futuro, por lo que va a ser.

Matías no entendió lo que Carmen decía, así que hizo un gesto de interrogación.

—¿Por qué amas a una persona? —preguntó Carmen.

—Pues porque la necesito, porque con ella me siento bien.

—¡Ajá! ¿Te das cuenta, Matías? ¿La necesitas a ella o la necesitas para algo? Pero además, si esa persona también te ama, y cada vez que le dices que la necesitas ella te dice «aquí estoy», ¿cómo es posible que la sigas necesitando si ya la tienes?  

Matías calló. Ante el silencio de su amigo, Carmen agregó:

—Hubiera ido contigo… ¿Has oído la rola de Sabina que dice: «Amor se llama el juego en que un par de ciegos juegan a hacerse daño»? ¿Qué habrían dicho de esa frase?

—No sé… tal vez que el amor debe hacer feliz y no causar daño o hacer sufrir.

—¡Pero, Matías, todas las historias de amor son trágicas!, ¡en todas hay dolor!

—¿En todas? ¿Neta? ¡Nel! ¡Porque entonces hay que cambiarles la letra!

—Y sí, ¿eh? De eso trató la clase a la que no entraste. A ver, dime, ¿con qué amas?

—¡Pues con el corazón!

—¡Si serás… el corazón es un músculo! Sientes, piensas y amas con el cerebro. En él está la mente. La profesora dijo que hay que cambiar la letra de las canciones: «cerebro» y no  «corazón».

—¡Nel! Visto así, yo amo de cuerpo entero.

—¿Y todos amamos igual? Quiero decir, ¿todos los seres humanos y en todas las culturas hemos amado de la misma manera?

—Carmen, la neta, hubieras entrado a esa clase…

Guía para facilitar la reflexión y el diálogo a partir del texto En clase de amor

Hay un libro intitulado Naturalezas humanas: genes, culturas y la perspectiva humana (Ehrlich, Paul R.). El título del libro nos lleva a preguntarnos si hay una sola naturaleza humana única o varias. Si pudiéramos hacer la lista de esa naturaleza o naturalezas humanas, seguramente un rasgo que no faltaría sería el amor. El amor aparece ligado al ser humano en el arte, la religión, la economía… y, por supuesto, en la filosofía.

En varios diálogos de Sócrates, hay cuestionamientos y referencias al amor. Cierta o no, la anécdota sobre Aristóteles y Filis, lleva a pensar lo que se puede hacer por amor o en nombre del amor. Pascal, filósofo, matemático y físico, dijo en algún momento que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Así, muchos filósofos han reconocido la tensión entre el amor y la razón.

Pero no solo desde la filosofía se ha abordado esta tensión, también en la literatura. La muestra Amado Nervo, poeta mexicano, quien expresa esa oposición en su poema “Metafisiqueos”.

¡De qué sirve al triste la filosofía!
Kant o Schopenhauer o Nietzsche o Bergson…
¡Metafisiqueos!

                       En tanto, Ana mía,
te me has muerto, y yo no sé todavía
dónde ha de buscarte mi pobre razón.
¡Metafisiqueos, pura teoría!
¡Nadie sabe nada de nada: mejor
que esa pobre ciencia confusa y vacía,
nos alumbra el alma, como luz del día,
el secreto instinto del eterno amor!

No ha de haber abismo que ese amor no ahonde,
y he de hallarte. ¿Dónde? ¡No me importa dónde!
¿Cuándo? No me importa…, ¡pero te hallaré!
Si pregunto a un sabio, «¡Qué sé yo!», responde.
Si pregunto a mi alma, me dice: «¡Yo sé!».

Frente a esta tensión aparece una pregunta: ¿qué es propio de la naturaleza humana: la pérdida de control sobre las emociones o el control de estas? En el texto En clase de amor, Carmen hace ver a Matías que hay pérdidas o ausencias de control cuando le dice:

Ya que vas en sexto andas metiéndote en clases de segundo. ¡Ah!, pero ibas en segundo y no entrabas… ¡Haces las cosas al revés!

O cuando habla de esa pérdida de control al estar enamorado:

Te enamoras y te pierdes.

El control de las emociones se relaciona también con otro rasgo de la naturaleza humana: la capacidad de decidir, que parece ser una característica primordial. ¿Esta capacidad tiene efectos sobre el amor? Es decir, ¿el amor puede ser una decisión o es algo ajeno a ella?

En el caso de que no sea una decisión amar a alguien, ¿puede quererse algo en contra de la propia voluntad? Como lo expresaba Fernando Soto Mantequilla en una de las tres películas de “Pepe El toro”: «¡Cómo tengo ganas de no tener ganas de lo que tengo ganas!». ¿Es esto posible?  

En varias partes del texto se manifiestan problemas de la relación entre amor y decisión. Por ejemplo, cuando Rubén se pregunta cómo elegir a la pareja, Esto lleva a otros cuestionamientos: ¿El amor necesita de la atracción? ¿Amor y atracción son lo mismo? ¿Puede haber amor sin atracción? ¿Puede haber atracción y no amor? ¿Existe la pareja perfecta? ¿Existe una buena pareja o la mejor pareja? ¿Es «buena pareja» o «la mejor pareja» porque así lo decidimos o por otras razones o causas?  

Otra cuestión que se aborda en el texto es por qué se ama a alguien: ¿se ama a la persona por ella misma o por algo de ella? ¿O se diría, con Blaise Pascal: amamos los predicados de una persona o a la persona? ¿Se ama a la persona o se dice amarla cuando en realidad a quien se ama es a uno mismo porque esa persona satisface algo de nosotros? Junto con las cuestiones anteriores, el texto lleva a preguntarse por las consecuencias o efectos del amor en las personas: ¿Puede el amor causar o generar un mal? ¿El amor sólo genera un bien?

Finalmente, el texto presenta el problema de qué somos: una dualidad mente/cuerpo, somos solo materia o hay algo a lo que podríamos llamar espíritu.

Conceptos.

  • Amor

  • Relación mente-cuerpo
  • Materia-emociones-pensamiento


Planes de discusión.

Plan de discusión 1. Clases de amor.

  1. ¿Se puede amar a la ropa?
  2. ¿Se puede amar la comida?
  3. ¿Se puede amar a un animal?
  4. ¿Puedes amar una idea?
  5. ¿Se puede amar un ideal?
  6. ¿Se puede amar la fotografía de una persona a quien se ama?
  7. ¿Se puede amar a una persona?
  8. ¿Se puede amar a una persona con la que no se convive?
  9. ¿Se puede amar a alguien que ha muerto?
  10. ¿Se puede amar de la misma manera a los familiares que a los amigos?
  11. ¿Se puede amar de la misma manera a la pareja que a otras personas?
  12. ¿Hay diferentes clases de amor? ¿Cómo se distinguen?
  13. ¿Cómo se sabe que se ama algo?

Plan de discusión 2. ¿Qué genera el amor?  

  1. Cuando se ama a una persona, ¿se puede seguir siendo el mismo que antes de amarla?, ¿en qué cambia uno?
  2. ¿Puede el amor transformar a alguien y que deje de ser quien era antes de amar?
  3. ¿Puede haber amores que lastimen?
  4. ¿Puede haber amores que hagan a alguien ser mejor?
  5. ¿Puede haber amores que hagan a alguien ser peor?
  6. ¿El amor puede llegar a la humillación?
  7. ¿El amor puede llevar a traicionar a alguien?
  8. ¿El amor puede llevar a mentir?
  9. ¿El amor puede hacer que alguien olvide a quien ama?
  10. ¿El amor puede hacer que una persona pierda el control de sí misma?
  11. ¿El amor puede generar virtudes?
  12. ¿El amor puede generar vicios?

Plan de discusión 3. El amor es una decisión.

  1. ¿El amor es algo que llega a las personas?, ¿cómo llega?
  2. ¿El amor es algo que se busca?, ¿qué hace buscarlo?
  3. ¿Qué es el amor: un objeto, una sensación, una emoción, un estado de ánimo, una acción, una relación?
  4. ¿Se puede decidir amar a alguien?
  5. ¿Es posible amar a una persona «desde siempre»?
  6. ¿Existe el amor a primera vista? ¿Se puede amar a una persona de un momento a otro?
  7. ¿Se puede amar a una persona que es muy parecida a uno mismo?
  8. ¿Se puede amar a una persona que ha cambiado, que se ha vuelto diferente de cómo era cuando se le empezó a amar?
  9. ¿Se puede amar a alguien aunque no se quiera hacerlo?
  10. ¿Se puede dejar de amar a una persona? Si es así, ¿por qué dejar de amarla?
  11. ¿Se puede dejar de amar a alguien de un momento a otro?
  12. ¿Hay amores que no se acaban? ¿El amor puede acabarse?
  13. ¿De qué depende que un amor se acabe o perdure?

Plan de discusión 4. Amar de cuerpo y espíritu.  

  1. ¿El amor es una sensación como el calor o el frío?
  2. ¿El amor es un estado de ánimo igual que la alegría?
  3. ¿El amor es una emoción como el enojo?
  4. ¿El amor se siente?, ¿de qué manera?, ¿cómo se siente cuando se ha dejado de amar?
  5. ¿El amor se piensa? Si se piensa, ¿qué es: un concepto, una imagen, un recuerdo, una previsión?
  6. ¿Se ama con el corazón o con el cerebro?
  7. ¿Qué significa «amar de cuerpo entero»? Si alguien ha perdido una parte del cuerpo —un brazo, por ejemplo— podrá pensar o sentir igual que antes?
  8. ¿Se puede saber cuando se ama a alguien?, ¿cómo se sabe?
  9. ¿Se puede amar el espíritu de una persona y no amar su cuerpo?, ¿y se puede amar su cuerpo sin amar su espíritu?
  10. ¿Se puede pensar cuando se ama a una persona?, ¿se puede pensar que se ama a esa persona y amarla al mismo tiempo?
  11. ¿Qué significa «amar a una persona»?

Ejercicios.

Ejercicio 1. Las contradicciones del amor.

Con este ejercicio se pretende que los estudiantes aprendan a identificar los presupuestos que subyacen a una postura o a una emisión.

Dice Schopenhauer que «en ocasiones, el amor está en contradicción no solo con las condiciones exteriores, sino también con la individualidad íntima, cuando se enamora el hombre de una mujer a quien desprecia y odia […] pero la voluntad de la especie tiene tal dominación sobre el individuo que, tratándose del amor, cierra los ojos acerca de los defectos que le son odiosos, los olvida […]»

Instrucción. Responder las siguientes preguntas.

Sí/No
¿Se puede amar a una persona sin conocerla?
¿Se puede amar a una persona de la que no se sabe algo, amarla solo por verla?
¿Se puede amar a una persona que sea muy diferente de como uno es?
¿Se puede amar a una persona que nos desagrada?
¿Se puede amar a varias personas de la misma manera?
¿Se puede amar a una persona y no confiar en ella?
¿Se puede no amar a una persona que nos gusta o agrada?
¿Se puede amar a una persona y querer estar lejos de ella?
¿Se puede amar a una persona aunque se deje de convivir con ella?
¿Se puede odiar a una persona a la que se ha amado?
¿Confiar en la persona que se ama, es una virtud o un vicio?
¿Puede haber amor de pareja y que no haya atracción física entre ambos?
¿Puede haber atracción física entre dos personas y que no se amen?  
¿Se puede amar a una persona y pedirle que no haga aquello que le gusta hacer?
¿Se puede amar a una persona e imponerle la manera de pensar o de sentir de uno?
¿Se puede dejar a una persona precisamente por amarla?
¿Puede portarse terca una persona que ama?
¿Se puede amar a una persona y hacerle daño por el hecho de amarla?
¿El amor es algo racional?
¿El amor es algo irracional?

Ejercicio 2.  El amor como vicio o como virtud.

Con este ejercicio se pretende que los estudiantes aprendan a señalar cómo saben que las razones que presentan para sostener una tesis o una emisión dada son
adecuadas, correctas o buenas.

Instrucciones.

A) Proponer tres ejemplos de relaciones en las que debiendo amar, se ama en exceso.

B) Proponer tres ejemplos de relaciones en las que debiendo amar, hace falta amar.

C) Leer el siguiente texto e identificar cómo puede entenderse la virtud y cómo el vicio.

Es, por tanto, la virtud un modo de ser selectivo, siendo un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello por lo que decidiría el hombre prudente. Es un medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y también por no alcanzar, en un caso, y sobrepasar, en otro, lo necesario en las pasiones y acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el término medio. Por eso, de acuerdo con su entidad y con la definición que establece su esencia, la virtud es un término medio, pero, con respecto a lo mejor y al bien, es un extremo. Sin embargo, no toda acción ni toda pasión admiten el término medio, pues hay algunas cuyo solo nombre implica la idea de perversidad, por ejemplo, la malignidad, la desvergüenza, la envidia; y entre las acciones, el adulterio, el robo y el homicidio. Pues todas estas cosas y otras semejantes se llaman así por ser malas en sí mismas, no por sus excesos ni por sus defectos. Por tanto, no es posible nunca acertar con ellas, sino que siempre se yerra. Y en relación con estas cosas, no hay problema de si está bien o mal hacerlas, por ejemplo, cometer adulterio con la mujer debida y cuándo y cómo es debido, sino que el realizarlas es, en absoluto, erróneo. Igualmente lo es el creer que en la injusticia, la cobardía y el desenfreno hay término medio, exceso y defecto; pues, entonces, habría un término medio del exceso y defecto, y un exceso del exceso y un defecto del defecto

Aristóteles.

Ética a Nicómaco

D) Evaluar los ejemplos propuestos en A y B para determinar si en ellos hay virtud o vicio.

Ejercicio 3. ¿Amar a una persona?

Con este ejercicio se pretende que los estudiantes aprendan a inferir consecuencias de sus emisiones o de sus tesis.


Instrucciones.

A) Hacer una lista de diez complementos diferentes de cada uno de los tres enunciados:

Amo a esa persona porque ……

Mis papás me aman porque ……

Amo a mis papás porque ……

Mis amigos me aman porque ……

Mi novio/a me ama porque ……

B) Leer el texto de Pascal y responder:

  1. ¿Qué amamos de una persona?
  2. ¿Qué debemos amar?

35. Es necesario que no se pueda /decir/: «es matemático», ni «predicador», ni «elocuente», sino «es un hombre de mundo»

a. Sólo esta cualidad me gusta. Mal signo cuando, al ver a un hombre, recordamos su libro; me gustaría que sólo se advirtieran las cualidades en su oportunidad y en ocasión de su uso. (no demasiado). b. Por miedo de que una cualidad predomine y llegue a bautizar. Que no se piense que alguien habla bien, sino cuando se trata de hablar bien, pero que entonces se advierta.

36. El hombre está lleno de necesidades: sólo gusta de quienes pueden satisfacerlas todas. «Es un buen matemático», se dirá. —Pero yo nada tengo que ver con las matemáticas; me tomaría por una proposición.— «Es un buen guerrero». —Me tomaría por una plaza sitiada. Por lo tanto, es necesario un hombre de mundo, que pueda acomodarse en general a todas mis necesidades.

Blaise Pascal

Pensamientos.

C) Leer el texto de Kant y responder: ¿cómo debemos amar a una persona?

Ahora yo digo: el hombre, y en general todo ser racional, existe como fin en sí mismo, no sólo como medio para usos cualesquiera de esta o aquella voluntad; debe en todas sus acciones, no sólo las dirigidas a sí mismo, sino las dirigidas a los demás seres racionales, ser considerado siempre al mismo tiempo como fin. Todos los objetos de las inclinaciones tienen sólo un valor condicionado, pues si no hubiera inclinaciones y necesidades fundadas sobre las inclinaciones, su objeto carecería de valor. Pero las inclinaciones mismas, como fuentes de las necesidades, están tan lejos de tener un valor absoluto para desearlas, que más bien debe ser el deseo general de todo ser racional el librarse enteramente de ellas. Así, pues, el valor de todos los objetos que podemos obtener por medio de nuestras acciones es siempre condicionado. Los seres cuya existencia no descansa en nuestra voluntad, sino en la naturaleza, tienen, empero, si son seres irracionales, un valor meramente relativo, como medios, y por eso se llaman cosas; en cambio, los seres racionales llámanse personas porque su naturaleza los distingue ya como fines en sí mismos, esto es, como algo que no puede ser usado meramente como medio, y, por tanto, limita en ese sentido todo capricho (y es un objeto del respeto).

Immanuel Kant

Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres

D) De los complementos dados en la instrucción A, elegir los que respondan a las siguientes preguntas.

  1. ¿En qué caso el amor es un reconocimiento de «cualidades en su oportunidad»?
  2. ¿En qué caso se ama a la persona porque una cualidad ha llegado a «bautizarla»?
  3. ¿En qué casos la persona amada está satisfaciendo todas sus necesidades y no solo una?
  4. ¿En qué casos se ama a la persona y se le considera un medio y no un fin en sí misma?
  5. ¿En qué casos se ama a la persona y se le considera un fin en sí misma y no un medio?

Ejercicio 4. ¿Qué se ama?

Con este ejercicio se pretende que los estudiantes aprendan a identificar los presupuestos que subyacen a una postura o a una emisión.

Instrucciones.

A) Leer el fragmento de El banquete.

–Pues bien –dijo Sócrates– respóndeme todavía un poco más, para que entiendas mejor lo que quiero. Si te preguntara: ¿y qué?, ¿un hermano, en tanto que hermano, es hermano de alguien o no?

Agatón respondió que lo era.

–¿Y no lo es de un hermano o de una hermana?

Agatón asintió.

–Intenta, entonces –prosiguió Sócrates–, decir lo mismo acerca del amor. ¿Es Eros amor de algo o de nada?

–Por supuesto que lo es de algo.

–Pues bien –dijo Sócrates–, guárdate esto en tu mente y acuérdate de qué cosa es el amor. Pero ahora respóndeme sólo a esto: ¿desea Eros aquello de lo que es amor o no?

–Naturalmente –dijo.

–¿Y desea y ama lo que desea y ama cuando lo posee, o cuando no lo posee?

–Probablemente –dijo Agatón– cuando no lo posee.

–Considera, pues –continuó Sócrates– si en lugar de probablemente no es necesario que sea así, esto es, lo que desea aquello de lo que está falto y no lo desea si no está falto de ello. A mí, en efecto, me parece extraordinario, Agatón, que necesariamente sea así. ¿Y a ti cómo te parece?

–También a mí me lo parece –dijo Agatón.

–Dices bien. Pues, ¿desearía alguien ser alto, si es alto, o fuerte, si es fuerte?

–Imposible, según lo que hemos acordado.

–Porque, naturalmente, el que ya lo es no podría estar falto de estas cualidades.

–Tienes razón.

–Pues sí –continuó Sócrates–, el que es fuerte, quisiera ser fuerte, el que es rápido, ser rápido, el que está sano, ser sano… tal vez, en efecto, alguno podría pensar, a propósito de estas cualidades y de todas las similares a éstas, que quienes son así y las poseen desean también aquello que poseen; y lo digo precisamente para que no nos engañemos.

Estas personas, Agatón, si te fijas bien, necesariamente poseen en el momento actual cada una de las cualidades que poseen, quieran o no. ¿Y quién desearía precisamente tener lo que ya tiene? Mas cuando alguien nos diga: Yo, que estoy sano, quisiera también estar sano, y siendo rico quiero también ser rico, y deseo lo mismo que poseo, le diríamos: Tú, hombre, que ya tienes riqueza, salud y fuerza, lo que quieres realmente es tener eso también en el futuro, pues en el momento actual, al menos, quieras o no, ya lo posees. Examina, pues, si cuando dices ‘deseo lo que tengo’ no quieres decir en realidad otra cosa que ‘quiero tener también en el futuro lo que en la actualidad tengo’ ¿Acaso no estaría de acuerdo?

Agatón afirmó que lo estaría.

Entonces Sócrates dijo: ¿Y amar aquello que aún no está a disposición de uno ni se posee no es precisamente esto, es decir, que uno tenga también en el futuro la conservación y mantenimiento de estas cualidades?

–Sin duda –dijo Agatón.

–Por tanto, también éste y cualquier otro que sienta deseo, desea lo que no tiene a su disposición y no está presente, lo que no posee, lo que él no es y de lo que está falto. ¿No son éstas, más o menos, las cosas de las que hay deseo y amor?

–Por supuesto –dijo Agatón.

–Ea, pues, recapitulemos los puntos en los que hemos llegado a un acuerdo. ¿No es verdad que Eros es, en primer lugar, amor de algo y, luego, amor de lo que tiene realmente necesidad?

–Sí –dijo.

Platón

El banquete

B) Identificar en la letra de la canción Amor, el personaje que canta:

  1. ¿Qué necesita?
  2. ¿Qué quiere/desea?
  3. ¿Qué ama?
  4. ¿Qué tiene que quiere más?
  5. ¿Qué es lo que quiere de las personas?
No te pido que te cuides 
esa delgadez extrema, 
sólo pido que me mires 
con esa mirada buena. 

Tus ojos no son luceros 
que alumbran la madrugada, 
pero si me miran siento 
que me tocas con tus manos. 

Tus manos no son hermosas 
no veo estilo en tus dedos, 
pero que humanos reposan 
si se enroscan en tu pelo. 

Tu pelo ya sin color, 
sin ese brillo supremo, 
cuida y resguarda con celo 
lo que cubre con amor. 

Tu cerebro porque piensas, 
porque es tu clave y motor, 
va generando la fuerza 
que me hace humano y mejor. 

Cuerpo, manos, ojos, pelo, 
carne y hueso inanimados 
que cobran vida, 
y por eso quiero vivir a tu lado.

Pablo Milanés

Ejercicio 5. ¿Cómo amamos?

Con este ejercicio se pretende que los estudiantes aprendan a proponer formas de verificar o refutar la respuesta que proponen.

Instrucciones.

A) En el poema de Sabines identificar las acciones que se realizan al amar.

B) De esas acciones, clasificar las que son:

  1. acciones físicas
  2. sentimientos
  3. sensaciones
  4. emociones
  5. pensamientos
Los amorosos

Los amorosos callan. 
El amor es el silencio más fino, 
el más tembloroso, el más insoportable. 
Los amorosos buscan, 
los amorosos son los que abandonan, 
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar, 
no encuentran, buscan. 
Los amorosos andan como locos 
porque están solos, solos, solos, 
entregándose, dándose a cada rato, 
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos 
viven al día, no pueden hacer más, no saben. 
Siempre se están yendo, 
siempre, hacia alguna parte. 
Esperan, 
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar. 
El amor es la prórroga perpetua, 
siempre el paso siguiente, el otro, el otro. 
Los amorosos son los insaciables, 
los que siempre -¡qué bueno!- han de estar solos. 
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos. 
Las venas del cuello se les hinchan 
también como serpientes para asfixiarlos. 
Los amorosos no pueden dormir 
porque si se duermen se los comen los gusanos. 
En la oscuridad abren los ojos 
y les cae en ellos el espanto. 
Encuentran alacranes bajo la sábana 
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos, 
sin Dios y sin diablo. 
Los amorosos salen de sus cuevas 
temblorosos, hambrientos, 
a cazar fantasmas. 
Se ríen de las gentes que lo saben todo, 
de las que aman a perpetuidad, verídicamente, 
de las que creen en el amor 
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua, 
a tatuar el humo, a no irse. 
Juegan el largo, el triste juego del amor. 
Nadie ha de resignarse. 
Dicen que nadie ha de resignarse. 
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación. 
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla, 
la muerte les fermenta detrás de los ojos, 
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada 
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida, 
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, 
complacidas, 
a arroyos de agua tierna y a cocinas. 
Los amorosos se ponen a cantar entre labios 
una canción no aprendida, 
y se van llorando, llorando, 
la hermosa vida.

C) Identificar los criterios que se emplean para clasificar las acciones.

Fuentes.

file:///Users/victorflorenciorh/Documents/A%20Temas%20de%20Filosofi%CC%81a/pascal_pensamientos_1.pdf

file:///Users/victorflorenciorh/Documents/A%20Temas%20de%20Filosofi%CC%81a/fund_metaf_costumbres_vD.pdf

Para leer más.

De Botton, Alain de. (2000). Las consolaciones de la filosofía. Madrid: Taurus.

En una combinación de datos biográficos y textos de filósofos, y de ficción, el autor expone de qué manera la práctica de la filosofía y el pensamiento que de esta se ha genera, pueden ayudar a sobrellevar las tribulaciones de la vida. Por ello se convierte en una buena vía para responder a la pregunta de Amado Nervo: ¿filosofía para qué?

Existe la versión en e-book.

Discusión (5)

  1. Imagen de perfil de Juan Pablo Juan Pablo dice:

    El amor es pura quimica, nosotros somos los que le damos significado e importancia

  2. Disculpa quisiera que me ilustres sobre qué otros filósofos trataron el tema del amor, la relación mente- cuerpo y los conceptos de objetivo y subjetivo.

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